silencio
que viene el letargo
silencio
no queremos incomodarlo
no queremos que piense que la pestilencia viene de su cerebro mundano
no, no es así
cuando se levanta la bestia que se oculta debajo
ahí es cuando la tierra tiembla
cuando la sed de ponzoña amenaza con quebrantar huesos
sobretodo con incitar al olvido
¡impensable! ¡qué estás haciendo con este regalo infinito!
¿qué no te das cuenta de las palabras invertebradas?
¿que no te das cuenta que te comes lo podrido?
que te vistes de mendigo amor desterrado
y le das teta al chupacabras
que congelas el fuego de la sangre
pensando que se hará carne
dan ganas de vomitar
sacarse los ojos con estruendo
salir corriendo
¡corran por sus vidas!
cómo te devoran los ratones el cráneo
qué has hecho
qué horrible lo que has hecho
rompes a puñetazos todos los espejos
y no te das cuenta de que aullas de dolor por dentro
inflamas las heridas con gusanos
me das asco.
inicia su viaje en un salto de trampolín
-inclusive pasa s
Ahí va mi aliento
¿logrará reunirse el aire que salio de mi nariz
con el que saldrá de mi boca?
que se puede abrazar el aire
después de vivir el abismo.
Privilegiados los ojos que se dejan atrapar por la belleza
una invitación para colocar una piedra
luego otra piedra más
se encabrita el aliento que juega en altamar
maravilloso néctar de aroma otoñal
yo te invito a jugar
a concederle un tango a la muerte
conquistar un zorzal valiente
arrojar las llaves al río
solo para encontrarlas
saltar de copa en copa
ebrios de sol
pender de un hilo
cortarlo con la boca
volar requiere mucho valor
así juegan los girasoles cantores
cavemos con las manos
uñas negras y pies descalzos
enterremos un acertijo...
... déjalo crecer.
Quiero ser nido y pájaro
puerto de anclaje, velero zarpante
qué cansancio es navegar
cuando los mares se ahogan de sed
prefiero bucear en túneles de lenguas
rogantes de placer
donde acaricia la seda al viajero
te saluda el abismo si te decides a entrar
riquezas coronan rincones esperando ser vistos
bailan las burbujas en enjambre
míralas, cómo reflejan la sonrisa del arcoiris
las ostras, que acostumbran a ensimismarse
recitan poesía en lenguaje de sirenas
allá
sobre el monte
junto al árbol
aguarda el zorro con cabeza de humano
tiembla
florecen los valles a la sombra de tu embrujo
mil pájaros se liberan cada vez que me besas con los ojos
los senos secretan ambrosía
bésame
bésame el corazón
bésame suavemente el corazón
apriétalo con tus labios
que amenaza con escaparse por la garganta
el vértigo me posee como fuego sobre la madera
las valkirias galopan por mis entrañas
ábreme la piel de la espalda
desgárrala con colmillos de lobo
para que brote de mi el caramelo de fruta madura
la bruma de tu aliento jadea mi cuerpo
me alimento del rocío de tu alba
tu oreja me cuenta un secreto
se abren las puertas de la pupila
para que entres en mi universo.
... ahora ábrelo.
Decidí abandonar el valle de los espejos.